La capital británica lleva años impulsando proyectos para convertirse en una ciudad más eficiente y sostenible. ¿Por qué es considerada como una de las mejores Smart Cities del mundo, si no la primera…?
En 2030, Londres alcanzará los 10 millones de habitantes. Las nuevas tecnologías ayudarán a los servicios públicos a resolver los desafíos futuros, especialmente en temas como la salud o la movilidad.
La conectividad 5G en toda la ciudad es uno de los pilares para la Smart City londinense, con acceso libre al wifi en las calles y edificios públicos. Una red de fibra óptica, en la propia red de transportes, conectará 400 km de túneles, además de carreteras y miles de elementos del mobiliario urbano.
El número de dispositivos conectados se multiplicará por doce de aquí a 2026 y el uso de datos móviles se incrementará en más de un 30%, lo que permitirá que las pymes ganen en productividad y que el valor de los bienes inmobiliarios se incremente.
La consulta de la Data es otro de los puntos clave, con acceso gratuito a apps con informaciones sobre las calles comerciales, la ubicación de las nuevas escuelas o la medición de la calidad del aire.
En relación con el medio ambiente, Londres gestiona los datos energéticos de la ciudad, identificando dónde y cómo priorizar la inversión en infraestructuras verdes, además de contar con una plataforma inteligente que publica datos sobre la calidad del aire de los espacios verdes y la energía de los edificios de la zona, ayudando al control del consumo y del gasto energético.
Se están probando otros sistemas inteligentes de gestión de la energía en viviendas sociales, además de sistemas de iluminación y conmutadores de ahorro de energía.
En cuanto a la movilidad, la red de transportes dispone de un portal de datos abiertos y, mediante su API unificada, permite desarrollar apps con servicios y productos innovadores respecto a la planificación del viaje, alteraciones del servicio y/o tarifas.
La capital británica, que fue la primera gran ciudad en instaurar un peaje urbano en 2003, también tiene establecida una zona de circulación de muy bajas emisiones en el centro de la ciudad, con cámaras de televigilancia que velan por su cumplimiento.
En su camino hacia la energía verde, Londres reutiliza el calor residual emitido por el metro gracias a las nuevas tecnologías. Esta energía perdida podría cubrir hasta el 38% de la demanda de calefacción de la ciudad.
Finalmente, Londres tiene la intención de ir de la mano de las empresas para acelerar su estrategia Smart City, ofreciendo soluciones para dar respuesta a sus necesidades y acceder a las nuevas tecnologías. Esta unión mejorará la calidad de vida de los londinenses, tanto en términos de energía y medio ambiente como de movilidad o salud.
Nubeprint ha colaborado con la Comisión Europea apostando por un modelo de impresión sostenible y liderando acciones como la “Iniciativa 1 millón de cartuchos”. Su capacidad de monitorización permite comprobar y medir con precisión la existencia de procedimientos de economía circular y optimización de los recursos de impresión. Se convierte así en un control eficaz que permitirá a su organización alcanzar un impacto neutro, cumplir con los ODS y lograr la excelencia en su reputación como marca sostenible.
FUENTE: theagilityeffect.com/ Nubeprint