Los cartuchos están formados por plásticos, metales, espuma, tinta y tóner: estos componentes tardarían en descomponerse hasta 100 años, causando alergias en las personas y contaminando el suelo y las aguas. Sin embargo, no siempre somos conscientes de su peligrosidad y de cómo procesarlos correctamente.
En primer lugar, el sobrante de un cartucho vacío es un recipiente. Como tal, debe poder utilizarse de nuevo para, una vez rellenado con nuevo contenido (tinta o polvo de tóner), poder seguir imprimiendo con él. En Europa existe una normativa que prohibe el uso de plásticos de un solo uso. Esto afecta directamente a los cartuchos. Pero sobre todo deberia ser el sentido común de cada uno de nosotros el que nos prevenga de adquirir cartuchos de un solo uso. Además, los cartuchos reutilizados resultan más económicos y sostenibles, pudiendo reutilizarse hasta 7 veces.
Muchos usuarios se quejan del precio de los cartuchos nuevos, desconociendo que existen tiendas especializadas que permiten recargarlos y ahorrarse hasta un 50%; también es posible comprar cartuchos remanufacturados (el fabricante cambia los materiales desgastados de los ya usados para volver a venderlos), obteniendo el mismo rendimiento que los nuevos y con un ahorro de hasta un 20% para los clientes. Así pues, reutilizar cartuchos de tinta es bastante sencillo: no solo estaremos siendo solidarios con el medio ambiente, sino que ahorraremos dinero.
Evidentemente, también los cartuchos reutilizables tienen una vida útil limitada debido al envegecimiento del material. Por eso, al cabo de varios usos ese cartucho ya no tiene más utilidad como continente, y debe descartarse para su uso. Una fácil solución puesta al servicio del ciudadano son los puntos limpios, perfectamente señalizados y que clasifican el cartucho como un residuo electrónico; otras instituciones, como colegios y universidades, cuentan con este servicio, ya que los estudiantes hacen un mayor uso de las impresoras; además, son muchas las empresas que, obligadas por ley, reciclan de manera independiente sus consumibles.
El tratamiento de cartuchos en plantas de reciclaje recupera una gran cantidad de materiales: por cada 100.000 cartuchos se reutilizan 9.599 kilogramos de aluminio, 40 toneladas de plástico y 1.000.000 de litros de aceite. Con este esquema, las multinacionales lograrían un beneficio económico con el reciclaje y reducirían la contaminación.
Nubeprint, con su iniciativa “un millón de cartuchos”, ha participado activamente en la concienciación del usuario para reutilizar los consumibles y alargar su vida útil, reduciendo los residuos. Nubeprint utiliza su capacidad de monitorización para comprobar y medir con precisión la existencia de procedimientos de economía circular y optimización de los recursos de impresión. Se convierte así en un control eficaz y en la prueba del compromiso de su organización por alcanzar un impacto neutro, vigilando que la gestión real del parque de impresoras en cuanto a renovaciones y sustituciones cumple con los criterios de sostenibilidad más aceptados y/o con la normativa aplicable. Un avanzado motor de ML (Machine Learning) conectado con un ecosistema de colectores de datos único hace posible el seguimiento de cada cartucho nuevo o remanufacturado y de cada componente de la impresora.
FUENTE: nationalgeographic.com.es/elespanol.com/ Nubeprint