A la hora de medir también influye en qué país se viva.
Si observamos América del Norte y Europa, encontraremos sutiles diferencias de cómo en cada sitio se mide un mismo concepto. Y no nos referimos a la unidad de medida (millas o kilómetros), sino a hechos tan cotidianos como medir el consumo del automóvil y el rendimiento de los cartuchos de las impresoras. ¿Quiere saber más…?
Empecemos por una curiosidad sin consecuencias: el indicador de consumo que tienen los automóviles. Hasta hace poco, este dato era digerido por el conductor más como una curiosidad que como una necesidad. Pero con la llegada de los vehículos eléctricos (con menor autonomía y que necesitan recarga), se ha aprendido a utilizarlo con frecuencia: la necesidad vence sobre la curiosidad.
Sin embargo, aquí, como en tantas otras cosas, se evidencian diferencias de uso. Mientras en Europa el indicador más común es “litros/km recorrido” o de “kwh por km recorrido”, en América del norte se utiliza “millas/litro” o “millas por kwh”, es decir, el mismo indicador invertido. Pero, al final, se habla de lo mismo: qué rendimiento se le está sacando a un depósito de gasolina o a unas baterías cargadas.
En el mundo de la impresión, sucede algo parecido. El consumo de la impresora es un elemento crítico para todos los distribuidores que tengan contratos de MPS (Servicios de Impresión Gestionada, en sus siglas en inglés).
Todos estaremos de acuerdo en que hay que enviar el cartucho antes de que la impresora se pare, es decir, cuando el nivel esté bajo, pero hasta aquí llega el consenso: en Norteamérica, mayoritariamente, se mide el momento de envío con el porcentaje de carga que queda en el cartucho, mientras que en Europa se mide por la cantidad de días que aún es capaz de imprimir el consumible. ¿Cuál es el indicador más adecuado?
Responder a esta pregunta requiere entender las consecuencias de uno u otro medidor: con un 20% de nivel de tóner en 2 máquinas del mismo modelo, se puede imprimir durante 2 meses en una, y 2 días en la otra. Es decir, lo que dura ese 20% depende de las pautas de impresión del usuario que el distribuidor jamás podrá controlar.
Si en ambos casos se envía el tóner a la vez, tendremos lo siguiente:
– En la primera impresora, en un 60% de los casos, el usuario lo instalará nada más recibirlo (con un desperdicio cercano al 20% del cartucho); en un 8% de los casos, el cartucho se extraviará (el usuario ya no recuerda dónde lo guardó); sólo en un 32% de los casos, el usuario esperará y lo instalará cuando el otro esté agotado.
– En el caso de la segunda impresora a la que se envía el cartucho con 2 días de anticipación, cualquier desviación sobre el proceso ideal implicará que la impresora se pare, y como consecuencia, la queja del cliente.
Si los envíos de cartuchos se realizan en base a los días de uso que le queda a cada cartucho, el distribuidor estará controlando los tiempos, asegurándose de que el cliente nunca se quede parado sin imprimir. Por otro lado, estará actuando de forma preventiva frente a aquellos usuarios que instalan los cartuchos nada más recibirlos, además de que los pierdan los clientes olvidadizos.
Por ambos motivos, la inmensa mayoría de los distribuidores que utilizan Nubeprint gestionan sus envíos utilizando los umbrales de “días restantes”, único de Nubeprint, umbral que se puede ajustar desde la app “Estado”.