¿Sabía qué …….?
Es recomendable no apagar la impresora aunque no se vaya a utilizar.
Cuando hablamos de tecnología, surgen dudas sobre cuál es el mejor método para un correcto mantenimiento. En el caso de las impresoras, existe la creencia de que desconectándolas se consiguen ahorros. Pero en cuanto rascamos un poco, nos encontramos con una realidad muy diferente.
Es necesario diferenciar los dos tipos de impresora más comunes: láser e inyección de tinta. También vamos a ceñirnos a las impresoras con un máximo de cinco años de antigüedad, para las que los fabricantes han optimizado el consumo energético en el conocido modo “standby”.
La limpieza y el mantenimiento regular en una impresora es algo esencial para garantizar una impresión con buena calidad.
Al encender la impresora, se activa el proceso de autochequeo en el que la impresora aprovecha para realizar un mantenimiento. Pero apagar y encender la impresora frecuentemente disminuye su vida útil ya que el auto chequeo mueve sus componentes internos generando desgaste. Durante los ciclos de mantenimiento (limpieza de cabezales, etc.), la impresora utiliza consumibles, en ocasiones hasta un 20% del contenido de los cartuchos. En comparación con su equivalente de inyección de tinta, una impresora láser tiene muchos más componentes susceptibles de desgaste: tambor, transferencia, fusor, botella de residual…
En un parque de impresoras gestionadas por un proveedor de servicios MPS, se produce a menudo la paradoja de que un intento por ahorrar costes energéticos desconectando diariamente las impresoras, genera un mayor consumo improductivo de los consumibles. Del ahorro energético se beneficia el usuario, mientras que el prestador del servicio absorbe íntegramente el exceso de gasto. Desde el punto de vista medioambiental cabría preguntarse si el ahorro energético compensa el impacto medioambiental que supone fabricar 20% más de cartuchos de los estrictamente necesarios, su logística hasta llegar al usuario, la recogida de los vacíos y su procesamiento como basura electrónica.
Ese consumo improductivo es uno de los motivos por los que un 60% de los modelos de impresoras en contratos de coste por copia reportan un rendimiento inferior al esperado, dado que el volumen de copias impresas por cartucho resulta significativamente inferior al rendimiento homologado por el fabricante.
Los propios fabricantes recomiendan no apagar la impresora aunque vayamos a estar un tiempo sin utilizarla. No obstante, sí que es bueno hacerlo de vez en cuando para que estos ciclos de auto diagnóstico sucedan (que para algo están).
Fuente: Hard Zone, Nubeprint