La tecnología llega a la selva para la preservación de las comunidades indígenas.
La tecnología está desempeñando un papel crucial en los lugares más recónditos del mundo. Desde la protección de territorios sagrados hasta la revitalización de lenguas ancestrales, la tecnología está siendo utilizada de manera innovadora para afrontar los retos contemporáneos de estas comunidades. ¿Quieres ver algunos ejemplos…?
Un caso de éxito es el de la tribu Suruí en la Amazonía brasileña, que en 2007 se asoció con Google Earth para mapear y monitorear su territorio ante la deforestación ilegal. Con smartphones y GPS, documentaron la tala ilegal, subieron la información a Google Earth y alertaron a las autoridades. Esta iniciativa ha reducido la deforestación, demostrando cómo la combinación de herramientas modernas con conocimientos ancestrales protege tierras y culturas indígenas.
En Estados Unidos, la Nación Navajo ha utilizado la tecnología para preservar su lengua en peligro de extinción. En 2018, Duolingo lanzó un curso de navajo que ha revitalizado el interés entre la juventud, ayudando a preservar su identidad cultural.
Otro ejemplo proviene de la tribu Secwepemc en Canadá, que explora el uso de blockchain para proteger sus tierras y recursos. A través de contratos inteligentes, documentan de manera segura transacciones relacionadas con sus tierras, previniendo la explotación ilegal. Aunque aún en etapas iniciales, tiene el potencial de ser un modelo efectivo para la gestión de recursos indígenas.
En el ámbito energético, la tribu Rosebud Sioux en Dakota del Sur desarrolló el primer parque eólico propiedad de una comunidad indígena en Estados Unidos, generando energía limpia y sostenible. Este proyecto promueve la autosuficiencia energética, inspirando a otras comunidades a explorar energía renovable, demostrando cómo la tecnología puede mejorar la sostenibilidad en las reservas indígenas.
Estos ejemplos muestran cómo la tecnología puede ser una poderosa aliada para las comunidades indígenas, ayudándolas a preservar su patrimonio cultural, proteger sus tierras y fortalecer su autonomía. Al integrarse con el conocimiento tradicional, la tecnología no solo protege el pasado, sino que también construye un futuro más resiliente y autosuficiente.
Además, la tecnología facilita la creación de aplicaciones que mejoran la vida en comunidades con recursos limitados. Un ejemplo es la Nubeprint App, que monitoriza impresoras y automatiza la gestión de consumibles y mantenimiento. De esta manera, asegura que las impresoras siempre funcionen, eliminando la necesidad de costosos equipos informáticos en áreas con recursos casi nulos.