La tecnología de monitorización permite a un negocio pequeño vender un catálogo de productos tan grande como el más grande de los negocios sin necesidad de invertir en stock.
El 80% de los negocios que se abren cierran al cabo de cinco años. Probablemente parte de la culpa la tenga el incremento en la transparencia acerca del producto, la calidad y, en resumen, la “experiencia de usuario” ofrecida. Esta transparencia ha venido de la mano de la tecnología que permite a cualquiera con acceso a Internet informarse de la reputación de un negocio mediante las opiniones volcadas en la red. La especialización y el uso adecuado de herramientas tecnológicas permiten a un negocio diferenciarse y destacarse de los demás.
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“Zapatero, a tus zapatos”. Pocos refranes resumen tan bien el hecho de que hay que tener conocimiento de lo que se hace. Pero vayamos más allá. Demos por hecho que hay un estudio de mercado previo y que el propietario del nuevo negocio tiene conocimientos para llevarlo a cabo.
¿Cuáles son las claves del éxito?
Hoy en día hay exceso de oferta y el cliente difícilmente es fiel a las marcas, no se casa con nadie. El trato al cliente, la cercanía y empatía harán que el negocio vaya bien encaminado. Ahora bien, en cuanto a posicionamiento y promoción, ¿somos diferentes? ¿Damos algún valor agregado a nuestro producto? Vayamos a un ejemplo práctico: una tienda de consumibles informáticos. En esta época de exceso de oferta donde se multiplican los fabricantes sin aparentes diferencias en sus productos (HP, Epson, Canon, etc), ¿cuál será el aspecto diferencial de la tienda?
Uno va a comprar un cartucho, y la tienda lo tiene o no. De tenerlo lo compra y ya veremos a ver si vuelve. El principal motivo de comprarlo en esa tienda es la disponibilidad; en segundo lugar está la cercanía y en tercer lugar el precio. El dueño de la tienda nada contracorriente. Queremos decir que siendo la disponibilidad el aspecto fundamental, si da un enfoque clásico en el que disponibilidad = stock, el emprendedor realizará toda una serie de cálculos en los que, decida lo que decida, siempre pierde.
Dado que tener un stock tiene un coste, el comercio no puede tener de todo y limita las marcas: “esta la vendo poco, así que la quito”, “esta otra, que la vendo bastante, la quito también porque estoy harto de que el fabricante venda en directo al consumidor final y le reponga el consumible por lo que difícilmente vendo 2 veces al mismo cliente”; ”este fabricante tiene los consumibles muy caros, no me interesa”.
Está claro que “tener de todo todo” no es fácil y alguna medida lógica hay que tomar. Pero los ejemplos anteriores nos demuestran la forma de pensar habitual y que, desgraciadamente, conllevan a la ruina del negocio. No hay que limitar la oferta “porque sí”; hay que buscar vías alternas que nos permitan mantenerla y dar el valor agregado al producto para diferenciarnos de los demás. El emprendedor debe estar al corriente de la tecnología disponible en el mercado y utilizarla en su provecho. Debe dejar de ver la tecnología como un gasto lujoso y verla como algo necesario para proteger su negocio y/o hacerlo crecer.
Es muy habitual oír hablar del Internet de las Cosas y de la monitorización. Siguiendo con el ejemplo anterior, ¿y si pudiese el emprendedor conocer con antelación qué va a necesitar la impresora? ¿Acaso con esta información no podría tener un catálogo infinito de productos sin tener que mantener un stock? ¿Cuántos clientes podría fidelizar? ¿Y cuántos nuevos clientes podría entonces adquirir?.
En la línea de ese mismo ejemplo la app gratuita Nubeprint monitoriza las impresoras e identifica qué va a necesitarse hasta con 90 días de antelación. Imaginemos ahora un servicio basado en esa capacidad que tiene un comercio de venta de consumibles informáticos de monitorizar las impresoras de sus clientes. Imaginemos un servicio de reposición automática de consumibles que se activa en el momento en el que el cliente final instala la app en su propio móvil. A partir de ese momento el cliente se despreocupa de cuánta tinta o tóner tiene su impresora, pues el comercio se ocupa de reponerle los cartuchos en el momento adecuado. ¿Acaso no estará dando el comercio un valor agregado y diferencial? ¡Qué mejor manera de fidelizar al cliente, unido a la proximidad y cercanía que no dan las grandes marcas!
Fuente: expansión.com, Nubeprint