¿Sabía qué …….?
Diseñar ciudades sostenibles exigirá reconvertir los residuos en materias primas.
Buena parte de la población mundial se concentra en las ciudades, donde se generan enormes cantidades de residuos.
Estos se convierten en contaminantes si van a parar a un lugar inadecuado, como nuestro cuerpo, el aire o el agua.
Si en lugar de considerar los residuos como una molestia, los gestionásemos como un recurso valioso, podrían ofrecernos soluciones a múltiples problemas y permitirían crear un futuro más sostenible para miles de millones de personas.
Un modo eficaz de hacer sostenible una ciudad consiste en reducir todos los flujos de desechos y emplearlos como recursos. Los residuos de un proceso se convierten así en la materia prima de otros.
Buena parte de la población mundial continúa migrando hacia las ciudades, lo que sitúa a los núcleos urbanos en primera línea a la hora de solucionar el problema de los recursos a escala mundial. Los acuerdos del clima alcanzados en 2015 en París también reconocieron el papel clave de las ciudades.
Modificar los códigos de construcción e invertir en eficiencia energética son solo dos medidas iniciales que, según numerosos dirigentes, podrían ponerse en marcha mucho más rápido desde los ayuntamientos que desde los Gobiernos nacionales.
Es lógico que las ciudades den un paso adelante. La población de algunas de ellas (Nueva York, Ciudad de México, Pekín) supera a la de países enteros, y el paisaje urbano emerge allí donde se concentran numerosos desafíos vitales. Las ciudades pueden liderar el cambio porque son capaces de aportar soluciones con rapidez y porque constituyen laboratorios vivientes para mejorar la calidad de vida sin agotar los recursos del planeta, contaminar el aire y el agua o dañar nuestra salud.
En las ciudades abunda la energía desperdiciada, el CO2 desperdiciado, la comida desperdiciada, el agua desperdiciada, el espacio y el tiempo desperdiciados. Reducir cada flujo de residuos y gestionarlo como un recurso, en lugar de como un coste, podría solucionar múltiples problemas a la vez y crear un futuro más sostenible para miles de millones de personas.
Si en lugar de considerar los residuos como una molestia, los gestionásemos como un recurso valioso, podrían ofrecernos soluciones a múltiples problemas y permitirían crear un futuro más sostenible para miles de millones de personas.
Un modo eficaz de hacer sostenible una ciudad consiste en reducir todos los flujos de desechos y emplearlos como recursos. Los residuos de un proceso se convierten así en la materia prima de otros.
Buena parte de la población mundial continúa migrando hacia las ciudades, lo que sitúa a los núcleos urbanos en primera línea a la hora de solucionar el problema de los recursos a escala mundial. Los acuerdos del clima alcanzados en 2015 en París también reconocieron el papel clave de las ciudades.
Modificar los códigos de construcción e invertir en eficiencia energética son solo dos medidas iniciales que, según numerosos dirigentes, podrían ponerse en marcha mucho más rápido desde los ayuntamientos que desde los Gobiernos nacionales.
Es lógico que las ciudades den un paso adelante. La población de algunas de ellas (Nueva York, Ciudad de México, Pekín) supera a la de países enteros, y el paisaje urbano emerge allí donde se concentran numerosos desafíos vitales. Las ciudades pueden liderar el cambio porque son capaces de aportar soluciones con rapidez y porque constituyen laboratorios vivientes para mejorar la calidad de vida sin agotar los recursos del planeta, contaminar el aire y el agua o dañar nuestra salud.
En las ciudades abunda la energía desperdiciada, el CO2 desperdiciado, la comida desperdiciada, el agua desperdiciada, el espacio y el tiempo desperdiciados. Reducir cada flujo de residuos y gestionarlo como un recurso, en lugar de como un coste, podría solucionar múltiples problemas a la vez y crear un futuro más sostenible para miles de millones de personas.
Buena parte de la población mundial continúa migrando hacia las ciudades, lo que sitúa a los núcleos urbanos en primera línea a la hora de solucionar el problema de los recursos a escala mundial. Los acuerdos del clima alcanzados en 2015 en París también reconocieron el papel clave de las ciudades.
Modificar los códigos de construcción e invertir en eficiencia energética son solo dos medidas iniciales que, según numerosos dirigentes, podrían ponerse en marcha mucho más rápido desde los ayuntamientos que desde los Gobiernos nacionales.
Es lógico que las ciudades den un paso adelante. La población de algunas de ellas (Nueva York, Ciudad de México, Pekín) supera a la de países enteros, y el paisaje urbano emerge allí donde se concentran numerosos desafíos vitales. Las ciudades pueden liderar el cambio porque son capaces de aportar soluciones con rapidez y porque constituyen laboratorios vivientes para mejorar la calidad de vida sin agotar los recursos del planeta, contaminar el aire y el agua o dañar nuestra salud.
En las ciudades abunda la energía desperdiciada, el CO2 desperdiciado, la comida desperdiciada, el agua desperdiciada, el espacio y el tiempo desperdiciados. Reducir cada flujo de residuos y gestionarlo como un recurso, en lugar de como un coste, podría solucionar múltiples problemas a la vez y crear un futuro más sostenible para miles de millones de personas.
Es lógico que las ciudades den un paso adelante. La población de algunas de ellas (Nueva York, Ciudad de México, Pekín) supera a la de países enteros, y el paisaje urbano emerge allí donde se concentran numerosos desafíos vitales. Las ciudades pueden liderar el cambio porque son capaces de aportar soluciones con rapidez y porque constituyen laboratorios vivientes para mejorar la calidad de vida sin agotar los recursos del planeta, contaminar el aire y el agua o dañar nuestra salud.
En las ciudades abunda la energía desperdiciada, el CO2 desperdiciado, la comida desperdiciada, el agua desperdiciada, el espacio y el tiempo desperdiciados. Reducir cada flujo de residuos y gestionarlo como un recurso, en lugar de como un coste, podría solucionar múltiples problemas a la vez y crear un futuro más sostenible para miles de millones de personas.
Fuente: Investigación y Ciencia, Nubeprint