Con el auge del teletrabajo se ha fomentado los procesos de formación de los empleados.
Uno de los cambios fundamentales, a raíz del período de confinamiento, ha sido la irrupción del trabajo a distancia (teletrabajo). Miles de empresas y trabajadores en todo el mundo han podido seguir desarrollando su actividad trabajando desde casa con un ordenador, una conexión wifi, un smartphone, un dispositivo de impresión y un servidor de correo electrónico.
Además de los beneficios que el trabajo a distancia ha reportado (reducción de costes, mayor productividad, facilidad de conciliación, mayor motivación y compromiso, etc.), otro aspecto a destacar es que se ha revelado como una gran oportunidad para fomentar los procesos de formación corporativa de las empresas, debido a la facilidad de acceso del personal, al estar conectados diariamente para el propio desarrollo del trabajo.
Esto no hubiera sido posible sin el fuerte desarrollo de las comunicaciones en los últimos años durante los que la oferta de datos ha pasado a ser muy competitiva y accesible para cualquier empresa, incluso para las más pequeñas.
La formación e-learning es ahora más clave que nunca, ya que en tiempos de pandemia invertir en la formación de los trabajadores y ofrecerles la posibilidad de realizar cursos de reciclaje puede ser una buena forma de mantenerlos motivados y, al mismo tiempo, de mejorar su productividad. Y es que este tipo de formación representa, para la propia empresa y para los receptores de la misma, una enorme cantidad de ventajas que sería difícil de conseguir con la formación presencial tradicional.
Se podría pensar que con el fin de la pandemia se volverá a la formación tradicional y cicatera. Pero esto sería un error. La formación aporta mayor productividad y competencias a los profesionales y por consiguiente a sus empresas.
Fuente: Asepeyo, Nubeprint